Unas fotos y unos testimonios

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Julio de 2023 (Chile). Pablo Letellier Director de Pastoral de un colegio en Santiago de Chile.

En primer lugar, quisiera agradecer a Nathalie por su generosa entrega de compartir una herramienta tan profunda de conexión con uno mismo, nuestra espiritualidad y con Jesús mediante la Oración Ignaciana.

Si bien en un principio no tenía mucho conocimiento de lo que íbamos a realizar, Nathalie antes de ingresar a la capilla nos hizo una breve explicación de lo que viviríamos al entrar a este espacio sagrado, marcando enfáticamente la importancia de tomar conciencia del “tiempo y lugar”. De esta forma, al igual que si fuéramos niños nos hizo ingresar con mucho respeto a encontrarnos con una persona que nos quiere mucho y que tiene muchas ganas de estar con nosotros preguntándonos: ¿quién creen qué es? A lo que varios respondimos: Jesús.

Una vez en su interior, hicimos un pequeño ejercicio de centramiento a través de nuestra respiración y conexión con nuestro cuerpo, de esta manera ya estábamos en sintonía para recibir el evangelio de Jesús y dejar que este mensaje traspasara nuestra piel para hacernos parte de un pasaje muy particular: “La harina y la levadura”. 

Una vez leído, Nathalie nos hizo un contexto respecto a los diferentes signos que aparecían en la lectura generando una conversación con todos nosotros. Pero luego vendría lo mejor, nos invitó a cerrar los ojos y desde ahí imaginarnos que estábamos al interior de este evangelio, teniendo la oportunidad de conectarnos en distintos momentos con cada uno de los personajes que aparecía, con sus roles, con sus dudas e incluso algunos llegamos a tener la increíble oportunidad de “sentarnos con Jesús” a conversar ¿Cuál creía yo que era el mensaje que él me quería decir con esta lectura? Para llegar a esta pregunta, tuve la posibilidad de recorrer la cocina, mirar acciones, contemplar a María cocinando, a Jesús de niño, a José queriendo compartir el pan y así un sinfín de conexiones emotivas que me permitieron sentir a Jesús a mi lado para conversar de su mensaje. 

Todo lo vivido, sin duda, fue un regalo inesperado lo cual para mí fue un tesoro encontrado o más bien “generosamente entregado” que impactó profundo en mí a tal nivel que unas semanas después, invite a Nathalie a nuestra comunidad educativa para que pudiese compartir este tesoro con el equipo directivo, apoderados e integrantes del área de pastoral y formación. 

Al concluir la experiencia, todos quedaron muy contentos y desafiados ante la pregunta ¿cómo compartir este tesoro con nuestros alumnos? Esta pregunta es la que nos mueve para diseñar una estrategia que nos permita implementar con nuestros estudiantes esta oportunidad de conexión consigo mismo y con Dios. 

Por todo lo anterior, muchas gracias Nathalie!

Marzo de 2023 (Francia) P. Tifra del servicio diocesano para la catequesis. 

Tuvimos el placer de conocer a Nathalie Raymond, que vino a estar con nosotros en  la diócesis de Meaux (cerca de Paris).

Ella nos ayudó a experimentar y saborear la Palabra de Dios a través de este hermoso método de oración, los ejercicios de San Ignacio, adaptados a los niños.

Cada uno de los encuentros, tanto con los jóvenes del colegio católico de Juilly como con los catequistas de la diócesis, fueron momentos de interioridad muy ricos y nos ayudaron realmente a sentir la cercanía de Cristo en nuestras vidas. Este método es una manera realmente interesante de sentirnos cerca de Cristo. Es una contemplación que, a través de la imaginación, acaba por hacerse carne. Ahora estamos convencidos y entusiasmados con la necesidad de poder aplicarlo tanto en las escuelas como en las parroquias.

Septiembre de 2022 (Francia) : Testimonio de Sophie, responsable de la catequesis para la diócesis de Digne-Sisteron (sureste de Francia) después de un año de práctica regular de la OI (cada lunes) como único método de catequesis en su propia parroquia (pequeño pueblo de los Alpes llamado Chauffayer).

Por falta de catequistas en nuestra parroquia, acepté acompañar a algunos padres que no tenían una práctica religiosa regular pero que sí querían que sus hijos fueran catequizados. La presencia amable y competente de Nathalie Raymond desde nuestra primera sesión hizo que el encuentro fuera muy lindo: tanto los padres como los niños se expresaron de forma espontánea (especialmente los niños) y sencilla. El joven sacerdote responsable de la catequesis en nuestro sector parroquial también se sintió muy conmovido por este método y compartió la alegría de los participantes al experimentar un diálogo interior con Jesús. Volvieron con alegría a la segunda sesión... Con entusiasmo, todos, padres y niños, acordaron continuar todo el año con la OI como único método de catequesis, y también para este segundo año que comienza. (…)


Los puntos esenciales que guardo en mi corazón son:

_ La oración de petición formulada al principio, e idéntica en cada sesión durante un año: esto da un hábito muy fuerte de relación con Cristo como discípulo (= "El que se deja instruir"). Los niños se lo saben de memoria.

(…)

_Los dos catequistas que preparan específicamente a estos niños para la Primera Comunión comprobaron que habían memorizado muchas escenas bíblicas con una comprensión del texto, más que los niños de otros sectores.

_ El compartir lo que resuena en el corazón de cada persona durante la contemplación construye la historia de esta comunidad de niños y adultos de Chauffayer en la historia global de la salvación.

_ El coloquio y la oración del Padre Nuestro que también memorizan muy rápidamente.

Julio de 2021 (Francia). De Isabelle, catequista en la diócesis de Chartres .

Junto con otras catequistas de la parroquia de Saint Etienne-en-Drouais, tuvimos la suerte de recibir a Nathalie Raymond para una introducción a la oración ignaciana. Tras una breve explicación de los orígenes de la oración y de sus diferentes etapas, pudimos experimentar esta forma de oración en nuestra pequeña capilla de la iglesia de Santa Eva.

A partir de la parábola de la levadura, rezamos guiadas por Nathalie e inspiradas por las imágenes que nos venían a la mente. Fue un descubrimiento para cada una de nosotras, y una manera muy sencilla de acercarnos a Jesús; cuando se trata de rezar, ¡lo que es bueno para los niños también lo es para los adultos!

El intercambio que siguió nos permitió abrirnos y profundizar en nuestros descubrimientos y enriquecer nuestra relación entre nosotras y con Cristo. 

A pesar de la brevedad de esta parábola (un versículo), vimos toda la riqueza de este Evangelio gracias a esta forma de oración.

A punto de terminar el año, ha sido un gran placer pasar este tiempo juntos.

Muchas gracias a Nathalie Raymond.

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