Los frutos 

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Encontrarse con Jesús y recibir de Él  un « mensaje » consolador muy personal. 

El encuentro personal con Cristo es el fundamento de toda auténtica vida espiritual cristiana. Cristo es verdaderamente el pastor que conoce a cada una de sus ovejas, y si escuchan su voz, puede guiarlas y conducir a todo el rebaño de la mejor manera posible. 

Los evangelios muestran hasta qué punto un encuentro auténtico y profundo con Jesús puede cambiar la vida (pensemos en los ciegos que recobran la vista, los paralíticos que caminan, los endemoniados liberados, los pecadores perdonados, los discípulos llamados etc.). 

Los momentos de silencio incluidos en esta manera de rezar son propicios a este encuentro personal y a una « visita » del Espíritu Santo en el corazón, con un mensaje muy personal capaz de iluminar la vida y consolar. Al momento de compartir, se observa muy a menudo que Dios estuvo hablando de manera muy personal a unos. Es muy emocionante y beneficia a todos. Cuando ocurre, la gente se siente como los discípulos de Emaús, con un corazón ardiente y tiene ganas de volver a vivir la experiencia.

Entrar en una relación personal de amistad con Cristo. 

Es el fruto principal cuando se repite la oración en torno a varios aspectos de la vida de Jesús. El hecho de contemplar en silencio, ojos cerrados, las escenas del Evangelio como si uno estuviera presente, y luego compartir el fruto de la imaginación, hace que se aprende a conocer internamente a Jesús. Esta amistad con el Señor es la base indispensable a una vida cristiana auténtica y sólida. 

Consolación

☀️

Paz

🌺

Alegría

Confianza

🌼

Esperanza

Son las palabras principales que salen al momento de reflexionar sobre lo que uno se lleva después de la oración. ¡Paz y alegría se notan también en las caras!

Cambios en el ambiente de los lugares donde se practica de manera sistemática 

Inicialmente, el método fue elaborado para los colegios jesuitas de Argentina y Uruguay. En las escuelas donde se practica desde hace varios años, se observan cambios que van más alla de la vida espiritual: mejor capacidad a hacer silencio, a expresar sus emociones, a escuchar al otro, mejor disponibilidad para el servicio etc. Abajo, un video mostrando varios testimonios. 

En Francia, hay una pequeña parroquia en los Alpes donde se practica este método desde octubre del 2021, tanto para los niños de la catequesis como para sus padres que los acompañan. Sophie es la catequista, su testimonio completo está en castellano en el blog y en francés en la página francesa (véase abajo). Nos dice, entre otras cosas : « El joven sacerdote responsable de la catequesis en nuestro sector parroquial también se sintió muy conmovido por este método y compartió la alegría de los participantes al experimentar un diálogo interior con Jesús. Volvieron con alegría a la segunda sesión... Con entusiasmo, todos, padres y niños, acordaron continuar todo el año con la OI como único método de catequesis, y también para este segundo año que comienza. (…) Un padre participante dijo que no había cocinado de la misma manera en su restaurante por la noche después de la sesión de OI. A todos les gustó la relajación previa, el tiempo de intercambio e interioridad, y finalmente el tiempo de examen "¿qué aprendiste de Jesús? ¿En qué momento sentiste tu corazón más "ardiente mientras Él te hablaba en el camino"? Los ojos de los niños brillan y sus corazones son amplios y generosos, lo que me asombra. Vuelven a la siguiente sesión con un dibujo de lo que imaginaron la vez anterior. ¡Y nos maravillamos juntos! »

Más testimonios en el blog …          

y en la página en francés (con dibujos de los niños que se entienden sin necesidad de hablar francés ;-)

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