¿Porqué y dónde  usarlo? 

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¿Porqué?

Urge dejarse guiar por el Espíritu de Cristo 

Nos parece absolutamente necesario anclar la propia vida de fe en el encuentro personal y la amistad con Cristo. Es como un requisito básico. Luego, esta vida de fe tomará diversas formas, pero que serán bien adaptadas a cada persona y responderán a las necesidades de la Iglesia y del mundo. De hecho, Cristo es el verdadero pastor para cada una de sus ovejas y para todo el rebaño, nos conoce íntimamente y sabe lo que necesitamos. En estos tiempos agitados, tanto para la Iglesia como para el mundo, urge dejarse guiar por Él con confianza.

C. Pastro © archivos del monasterio Nossa Senhora da Paz. Itapecerica da Serra. 

Urge volver a la Palabra de Cristo y vivir el Evangelio para poder anunciarlo.

Urge volver a la Palabra de Dios, al Evangelio, tal como lo subrayada ya el Concilio Vaticano II en los años 1960. La Palabra de Dios es una palabra de Vida, que da la Vida y que se destina a ser vivida. Todos pequeños y grandes, hombres y mujeres, somos instrumentos de Dios al servicio del anuncio del Evangelio y no hay otra manera de anunciarlo que vivirlo. Los más pequeños, unidos a Cristo, tienen una capacidad muy especial y un poder muy grande para abrir los corazones.

Este método parte de la Palabra de Dios y retoma la riqueza de la tradición ignaciana al respeto.

Grandes necesidades de consolación  

Nuestro mundo sometido a las crisis sanitarias, ecológicas, sociales, políticas genera mucha ansiedad, desolación, mucho miedo. Hay grandes necesidades de ser consolados, de sentir paz, confianza, esperanza, lo cual surge muy a menudo en el transcurso de la práctica de esta oración cuando el Espíritu Consolador de Cristo habla al corazón de cada uno en los momentos de imaginación y silencio. 

Un método fácil de implementar  

C. Pastro © archivos del monasterio Nossa Senhora da Paz. Itapecerica da Serra. 

Es un método que no requiere material específico, es fácil y está al alcance de todos. Basta con dejarse guiar, dejarse llevar por el Espíritu y no tener miedo de imaginar, de sentir con el corazón.

¿Dónde, en qué ámbitos?

Lo que ya se hace o se hizo 

El método ya se está utilizando:

En unas escuelas católicas, como parte de la catequesis permanente, como complemento de otro método, una vez cada 2, 3 ó 4 semanas; o, más ocasionalmente, para preparar un tiempo litúrgico concreto o un sacramento.

En unas parroquias, de forma regular como complemento de otro método o como único método de catequesis, o de forma puntual para preparar un determinado tiempo litúrgico o sacramento, tanto para niños como para  adultos. Se puede hacer antes de misa sobre el evangelio del día. 

En grupos de oración intergeneracionales o de adolescentes o adultos. Ha sido utilizado por grupos del MEJ. En encuentros de jóvenes, campamentos de vacaciones, como momento espiritual.

En encuentros diocesanos como tiempo espiritual, momento de oración.

También se ha utilizado en prisiones.

Lo que se podría imaginar

También podría utilizarse para llevar consolación, paz, alegría y confianza : en hospitales, residencias de ancianos, hogares para personas con dificultades, con emigrantes. 

En reuniones ecuménicas.

ETC. 

Siempre que haya necesidad de consuelo, se puede utilizar este método, ya que permite un encuentro íntimo con el Espíritu Consolador. 

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